Al comienzo no estaba muy segura, el sentimiento que crecía dentro de mí
era tan implacable que no había espacio para razón. Tan implacable que me daba
miedo. Más que buscar el porqué de mi enamoramiento, buscaba razones para huir.
Soy de esas personas que evitan a toda costa ser felices.
Qué me gusta de él… Honestamente no me acuerdo bien de la primera impresión,
pero el simple hecho que nos interesara vernos en persona, independiente de que
nos llamara el lugar de reunión, indica que obviamente algo me gustó. Recuerdo
vagamente que lo encontré atractivo, pero me encantó que realmente me escuchara.
Él escucha, se interesa, quiere entender. Él había leído una parte de la corriente
de conciencia que escribí estando deprimida, y para mi sorpresa lo encontró fascinante
en lugar de chocante. Sentí que quería conocer mi historia, y eso hizo que me
sintiera cómoda hablando con él. Paseamos, nos contamos anécdotas de infancia y
miramos el atardecer frente al mal. No fue con intención romántica, pero me
gustó poder ser auténtica con él recién habiéndolo conocido.
Al reencontrarnos años después, eso no había cambiado. Comencé a notar
otras cosas en él; como lo bien que se ve de perfil y la forma idealista en que
ve la vida. Lo bien que se siente abrazarlo debajo de las sábanas, y la forma
en que me mira a los ojos. Dolió extrañarlo.
Me gusta que sea independiente y autosuficiente, y a la vez mantenga un
apego familiar. Creo que es algo que quería encontrar, en base a malas
experiencias personales. Fui muy dura con él respecto a su familia, pero al
final es valoro como ha sobrellevado lo vivido. Su resiliencia, una fuerza que
no sé si está consiente de tener. Es determinado, compasivo, bondadoso y
comprensivo. Me gusta que sea tan sincero, aunque a veces se exceda. No tiene miedo a
expresar lo que siente. Me gusta que proyecte una imagen tan confiada, aunque sé
que en el fondo tiene inseguridades. Me gusta que sea de espíritu ligero, puede
que su sentido de humor sea infantil a veces, pero me hace reír y me hace
sentir que el mundo no es tan terrible. Es preocupado y detallista, aunque también
despistado.
Me encanta que sea tan apasionado en cuanto a su visión del mundo. La
importancia que le da a la acción de crear, su necesidad de comunicar, su mente
inquieta. Me gusta lo que ha provocado en mí, que me motivara a hacer algo más
con mi vida que solo trabajar. Me gusta que crea tanto en mi, me hace querer
ser mejor, y ser más bondadosa conmigo misma. Me gusta que sepa cómo ayudarme a
entender mis emociones, y que me contenga. Me gusta su espontaneidad y su disposición a experimentar cosas juntos; que
nos acompañemos. A conciertos, bailar, protestar, a tomar, ir al cine o a lo
que venga. Me encantó que me invitara a leer a la plaza, porque en el fondo me
gusta de él que valore leer. Me gusta que
nos acompáñenos, no que seamos dependientes. También me encanta su facilidad
para integrarse, especialmente con mis distintos grupos de amigos.
Me encanta nuestra química, que todo calce tan bien. Al comienzo nos unió
una coincidencia inesperada, y en la marcha han surgido algunas más; creo que tener
experiencias similares a otra persona hace que uno se una. Además nuestras
personalidades de complementan, y nuestro deseo de uno por el otro se iguala.