
En otras noticias, un poco más normales; hoy ordené y clasifiqué mis cartitas. Es lindo; tengo que mi familia, de mis amigas (de a las cuales hace años que no les hablo, y de mis mejores amigas), de ex parejas, de gente que he querido mucho. En realidad, es rico saber que hay gente que en algún momento te quiso mucho, y confió en ti. Muchos dibujitos, cartitas en hojas de cuadernos, tarjetas de cumpleaños. A pensar de lo que pueda decir, soy una persona muy sentimental. Me gustan mucho esas cosas. Y en esa caja se refleja el (creo) problema con un ex, que no se preocupaba mucho de eso. De él tengo tres cartas. Del otro, una funda plástica llena de cartitas, y fotos, y dibujos y leseras varias. Pero bué. Encontré cosas muy lindas por ahí. Encontré un dibujito de mi primer cumple mes con una amiga (si, pololeamos y luego nos casamos. Fue lindo).
Pero también encontré cosas que no recordaba; y que leeré con más atención luego. Son cartas que jamás mandé (ah, cierto, yo usaba en correo con unas amigas de Conce y Osorno). Cartas que jamás entregué. Incluso hay una que le escribí a algún ex, con faltas de ortografía, y escrita en sangre. Es bastante graciosa, haha. La voy a escanear y la subiré. Ay, estaba muy loca. Me gusta tener cosillas así escondidas. Tengo también muchos cuentos; de cuando aparentemente estaba muy enamorada. Ya no me acuerdo de esa época, así que leer todo eso es cómo descubrir una nueva historia.
Y eso. Tengo una vida en cicatrices. Una vida en cartas.
Es infinitamente hermoso.